lunes, 23 de septiembre de 2013

Fic "Te he echado de menos" TORG Capitulo VI



 Capitulo VI
 

El día había pasado demasiado lento, era sábado y Georg no tenía nada que hacer. Se sentó junto a Michael a mirar la televisión pero pronto esas estúpidas comiquitas le aburrieron. ¿Quién en su sano juicio crearía a un muñeco tan estúpido como Barney o Elmo? Locos mentales, y claro, su hermanito de tres años los veía emocionado todos los días desde que se levantaba hasta que le tocaba ir al kínder. Triste para él, ese día no había kínder.
Cerró sus ojos para intentar dormir una siesta. Su mente comenzó a divagar, hasta que llego a Tom y lo imagino desnudo en su cama. Lo que había pasado el día anterior había sido increíble, algo que jamás había experimentado con nadie, ninguna mujer le dio más placer que Tom y sus piernas peludas. Imaginarlo le hizo sonreír de manera extraña.
— ¡Georg, Maximilian te está llamando al celular!
¿Qué diablos? ¿Cómo su madre sabía que era Maximilian quien llamaba a su celular? Reviso sus bolsillos y se dio cuenta como todo idiota que lo había dejado sobre el mesón de la cocina. Fue hacia ella y observo a su madre preparando la cena. Cogió su celular y se escapo a la sala de nuevo. Contesto rápido, era una fiesta estaba seguro.
—Hey Georg, ¿Qué tal estas? —Dijo Maximilian al otro lado del teléfono.
—Pudriéndome como una ostra en mí casa. ¿Qué planes tienes? Habla ya, eres mi salvación. —sonrió.
—A esa voy compañero. Daré una fiesta en mi casa, aprovechando que mis viejos se han ido de viaje a América. Tengo unas nenas para nosotros, joder están buenísimas.
Georg pensó en Tom en vez de en las chicas que su amigo decía que tenía para él. Un momento, ¿Pensaba en Tom en vez de una mujer? Al diablo, Tom no estaría allí para mirarlo y no era que él tenía que rendirle cuenta al chaval que al fin y al cabo solo utilizaba para follar, como a todas sus mujeres.
—Ahí voy a estar Maximilian, oye men ¿Qué tal están las nenas? —pregunto sonriendo.
—Como quieren, te tengo una rubia con unas grandes tetas y un culo de infarto. Al verla querrás llevarla de una al cuarto.
—Como me gustan. —sonrío con malicia, pero eso no impidió que Tom volviera a aparecer en su mente.
***
—Tenemos que ir, tenemos que ir, tenemos que ir, tenemos que ir, tenemos que ir. ¡Por favor Tom, tenemos que ir a la fiesta de Maximilian! —Gritaba Bill, mientras saltaba en la cama de su hermano mayor.
Tom quería patearle la cabeza a su hermano. Estaba adolorido y no quería si quiera mover un pie. Todavía estaba resfriado, y su episodio sexual con Georg lo había dejado molido pero satisfecho y feliz hasta que el castaño se fue y le dejo solo. Odiaba sentirse tan apegado a Georg, tenía claro que no era sano, que eso no lo iba a llevar a un buen lugar y a nada bueno. Las palabras de Georg, de que no se enamorara de él, le jodían la cabeza desde la primera vez que follaron, pero joder, era demasiado tarde; su corazón ya no entendía de jodidas razones. En un lugar muy profundo de su órgano vital, albergaba la esperanza de que ese chulito y sensual castaño de ojos verdes se enamorara de él.
—Bill, estoy enfermo. —tosió un poco. —. En vez de irte de parranda podrías si quiera cuidar de tu hermanito mayor.
—No. —el pelinegro detuvo sus saltos y se puso encima de su hermano. —, No hay nada mejor para el resfriado que una fiesta.
Gustav observaba desde la puerta a sus dos mejores amigos.
—Gustav quiere que vayas, todos queremos que vayas. Además, podrías conseguirte un novio hoy. —Bill jaloneo con fuerza una de las rastas rubias de Tom.
— ¡Bill! —Chillo Tom cuando sintió el jalón que Bill le dio a su rasta. ¡Estaba sensible por Dios! Hasta el pelo le dolía. —No quiero ir, no quiero un novio. —Pensó en Georg y sonrió por dentro, ellos eran algo así como… novios. Y mientras estuviera con él, no estaría con nadie más.
—No importa entonces, pero tienes que venir con nosotros. —Dijo Gustav finalmente— te voy a preparar un mejunje que me hacía mi madre cuando vivía conmigo, es muy delicioso, a base de miel y limón, más otros ingredientes que no revelare, y  yo te aseguro que todo tu malestar se irá a volar.
Tom se lo pensó un rato. ¿Estaría bien ir? Sí, lo necesitaba urgentemente y seguro que, Georg estaría ahí.
—Como quieran, la única condición es, que nos vamos en taxi. No voy a joder mi bello auto por andar de borracho. Sé que voy a tomar así que mejor prevenir que lamentar. —Se sentó suspirando— ve a hacer lo que sea que harás Gustav, siento que me moriré en cualquier momento.
—Ese es el Tom que quiero. —Gustav acomodo sus lentes y se levanto, para ir corriendo a la cocina.
Una vez que Gustav salió Tom se acostó nuevamente. Bill miraba la puerta y como gemelo sabía cuando su hermano quería decirle algo pero no encontraba palabras para decirlo.
— ¿Qué sucede? —pregunto rompiendo el silencio entre ambos.
Bill poso su mirada sobre la de Tom, estaba un poco serio para como normalmente le miraba. Tenía las cejas juntas, frunciendo el ceño.
— ¿Te gusta Georg?
El rostro de Tom perdió todo color, quedo inexpresivo en su totalidad, y dejo de respirar. ¿Qué le iba a decir a su hermano? Nunca le había mentido, si le ocultaba algunos secretos pero jamás, nunca en su vida le había mentido y no podía decirle que no, cuando era sí.
— ¿Qué te hace pensar que me gusta Georg? —pregunto dejando ir todo el aire acumulado en sus pulmones.
—Solo quiero saber si te gusta. He notado algo extraño.
— ¿Extraño como qué? —mientras más vuelta le diera, mejor respuesta se le ocurriría.
—Quizás es la forma en la que le miras, o el hecho de que de un día para otro Georg y tú se juntan demasiado. No lo sé, solo quiero que me lo digas, sabes que puedes confiar en mí. —El pelinegro seguía serio.
—No me gusta. —trago fuerte odiándose a sí mismo por mentir de esa manera. Bill jamás se lo perdonaría si se enterase, pero él no deseaba que lo supiera, no todavía, no cuando las cosas estaban como estaban. Bill era un poco salido cuando tomaba y sí le llegaba a mencionar algo a Georg, estaba listo para ir al tártaro. —No me atrae. —se rió para distraerlo y que la tensión desapareciera. — ¿Estas loco? Georg es mi amigo, es como mi hermano y es heterosexual, jamás me gustaría un hombre que sé, no me va a corresponder.
Bill parecía no estar creyéndole nada. Joder, lo conocía demasiado bien.
—Te estoy diciendo la verdad. Te lo juro por…—intento buscar algo en su mente por lo que jurar y que no se viera perjudicado, pero nada se le ocurría salvo su madre, sus abuelos y su amado perro scotty quien estaba abajo seguramente tomando una siesta— te lo juro por scotty Bill. —se maldijo por eso, se merecía el infierno.
—Te creo. —Sonrió tomando la mano de su hermano— me lo juras por tu perro y sé que lo amas mucho. No quiero que nunca haya secretos en nosotros Tommy, los secretos solo nos dañan y no me gustaría que un día me escondieras algo y peleemos por ellos. Yo nunca te oculto nada por lo mismo.
El nudo en su garganta no le permitió decir una sola palabra, se limito a asentir y se levanto para propinarle un gran abrazo a su pequeño Bibi. Se iba a ganar el pasaje y la estadía eterna en el infierno por mentiroso y rogaba a Dios que cuidara a Scotty, había cometido un error enorme.
— ¡Aquí tengo tu bebida! Tómala y te hará muy bien. —Gustav entro interrumpiendo el abrazo y se detuvo apenado— mierda lo siento, no sabía que estaban en momento de hermanos.
Tom se rió. «¡Gracias por llegar Gustav!» —No te preocupes, gracias por esto.
Gustav se acerco con la taza de té con miel y limón y otras cosas de origen no identificado que a Tom ni le importo preguntar porque la cosa, estaba deliciosa. Media hora más tarde, estaba como nuevo, pleno y lleno de energía para esa noche que planeaba fuera divertida.
***
Georg caminaba por el área central de la casa de Maximilian. El lugar estaba atestado de gente, por un lado los jugadores de rugby de la universidad estaban hartándose de cerveza, por otro lado gente que apenas reconocía bailaba vulgarmente; frotando sus cuerpos unos con otros al ritmo de la música electrónica. Pero él buscaba otra cosa, a Maximilian y sus putas para esa noche, su objetivo no tardo en aparecer cuando el maldito hijo de puta que buscaba apareció en su campo visual con cuatro chicas de la mano. Todas no menores de veinte años, con cuerpos de infarto y cabellos rubios oxigenados.
— ¡Amigo! —grito el joven pelinegro de ojos marrones que venía con las chicas. Maximilian era bastante apuesto, tenía una nariz aguileña y un pequeño hoyuelo en la barbilla que al parecer era muy atractivo para las chicas, su barba necesitaba un pequeño corte pero aun así se veía bien.
—Eh, tío. —Georg le ofreció la mano y luego terminaron chocando el pecho. Él observo a las cuatro chicas detalladamente, mierda, eran preciosas. Una de ellas llamo su atención por completo. Era rubia, de ojos marrones que bajo la tenue luz que había se podían observar motitas verdes. Tenía tetas enormes, una cintura pequeña y piernas gruesas, bronceadas y perfectas. Traía puesto un vestido blanco, que apenas le cubría el cuerpo, su cabello era abundante y caía en cascada hasta su cintura. Odiaba a las chicas con el cabello tan largo pero la joven era bastante atractiva y le gustaba, aunque le recordaba a alguien.
La jovencita, sonrió al darse cuenta de cómo Georg la miraba, acomodo su escote y paso un brazo por los hombros del castaño.
—Te invito un trago. ¿Quieres? —dijo con sensualidad.
—Encantado. —él paso su mano por la cintura de ella.
Ambos se fueron a la sala en donde estaban todas las bebidas, se sirvieron unas cervezas y tomaron mientras platicaban de cualquiera estupidez. Ella era la típica chica de mamá y papá que estudiaba solo para complacer a sus padres porque la señorita, tenía la vida resuelta. Georg se quedo observándola más detalladamente y se dio cuenta que a quien le recordaba era a Tom, tenían una nariz parecida y los ojos marrones, su piel estaba bronceada como la de su amante… negó con la cabeza, ya estaba alucinando. Cerró sus ojos un momento y volvió a mirar a la chica… No, ella no era Tom.
***
—Nada de drogas, nada de bebidas extrañas y por favor, si nos dispersamos diríjanse a la sala principal. ¿Entendido? —Gustav miro a la parte trasera del taxi en donde se encontraban Bill y Tom.
Los gemelos asintieron y bajaron del auto. Bill iba vestido como el mismísimo van helsing, llevaba una gabardina negra gótica, pantalones de cuero y accesorios metálicos que iban a juego, al bajarse era obvio que llamaría la atención, todo mundo se le quedo mirando y nadie se atrevía a llamarle marica por llevar maquillaje y zapatos altos. De ser así, los jodidos imbéciles se llevarían una buena piña de parte de su gemelo y sus amigos.  Tom camino junto a Gustav y Bill hacia la fiesta, había gente por todos lados, casi toda la universidad estaba en esa enorme casa.
— ¡Esta fiesta está en su punto! —Bill tuvo que gritar muy alto para ser escuchado, la música estaba demasiado alta.
—Lo creo. —Grito Gustav.
Tom solo asintió e inmediato sus ojos comenzaron a recorrer el lugar en busca de Georg quien por lo visto no estaba en la fiesta. Como cosa suya decidió preguntarle a Gustav.
—Gus, ¿Georg no vendrá?
—No lo sé. —El pelirrubio estaba mirando hacia una chica— creo que sí, él y Max son buenos amigos por lo que se supone que tendría que estar aquí.
Tom volvió a asentir.  Gustav se perdió entre el gentío con una chica y cuando fue a mirar a su hermano, estaba en lo mismo. Perfecto, solo en una fiesta en donde no conocía a la mitad de la gente, habían muchas mujeres, demasiadas para su gusto y pocos hombres a los que mirar y no es que quisiera mirarlos mucho.
Camino por todo el vestíbulo hasta llegar a la sala, encontró las bebidas, se sirvió una y se instalo en una esquina solo. Era normal que él no socializara mucho en las fiestas por lo que se limito a mirar a aquella gente bailando como si tuvieran sexo con ropa. Sonrió, le gustaba aquello.
— ¿Qué haces aquí tan solo?
Tom miro a su lado. Alto, delgado y pálido, con un nivel alto de atractivo, un rostro tallado por los mismísimos ángeles y ojos azules que desmayaría a quien fuera con solo poner la mirada fija. Ese era Rafael, un estudiante de Bioquímica, muy amigo de Gustav y por ende conocido suyo, era raro que el hombre estuviera allí. No era el tipo que fuera a fiestas como esas, era un estirado de lo peor.
—Me hago la misma pregunta. —Él se puso de frente a Rafael y sonrió de medio lado. — no porque estés solo sino que creí, este no estaba calificado como un sitio en que pudieras estar tu.
El aludido se rió levantando la mano en la que tenía la cerveza— No está calificado para que yo este, pero estoy y es lo que importa.
« ¡Estirado con un palo en el culo! » grito en su mente. Rafael era del tipo que odiaba, sí quizás él a veces se comportara como uno pero este tío se las ganaba todas.
— ¿No vas a contestar mi pregunta? —pregunto el de los ojos azules.
—No socializo mucho. —respondió sin ganas.
—Ya veo. —Rafael se le quedo mirando fijo a los ojos.
Él se estremeció al sentir esa mirada fija, bajo la cabeza para evitarla era bastante intimidante. Rafael sonrió y le dio un beso en la mejilla, Tom estuvo a punto de golpearlo cuando él agrego.
—Te veo guapo esta noche, me gustaría que fueras mi compañía.
Tom se quedo de piedra. ¿Estaba sugiriendo algo indebido? Era obvia la respuesta, no, pero si estaba coqueteando con él. ¿De cuándo acá Rafael tiraba para este lado del bando? Eso sí que era una jodida sorpresa.
—Te parece extraño ¿no? —Rafael suspiro— bueno, resulta que salí del clóset hace unos meses.
— ¡Uau! eso sí que es una sorpresa, Gustav no nos comento nada.
—Porque no mucha gente lo sabe en realidad. Mis padres y algunos amigos, pero había perdido el contacto con Gustav. —el moreno cambio de tema— ¿Te gustaría ser mi compañía? —pregunto de nuevo.
Tom no sabía que responder. Por lo que no le dio muchas vueltas al asunto y decidió que sí, no había nada malo puesto que solo era compañía. Además la necesitaba, joder se estaba aburriendo como nunca y eso no era lo que tenía planeado para esa noche. Lástima que Georg no estuviera y eso era bastante raro, nunca se perdía una buena fiesta.
—Está bien, hagámonos compañía.


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Mil gracias por sus comentarios. :)

2 comentarios:

  1. Y sí supiera Tom en lo que anda Georg 7u7'
    Amo el TORG... Dios Rai ya me hiciste adicta *u* xD
    Cuídate y un abrazo :D

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  2. santo dios ay muero por saber si georg se da cuenta sube pronto un beso

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