Capítulo
VII
Ya
eran las doce de la noche cuando Georg decidió que ya era hora de subir con la
preciosura que tenía de la mano. La chica que iba con él, estaba un poco pasada
de tragos pero consciente de lo que estaba por suceder. Ella no paraba de
hablar, reía y se frotaba con su cuerpo provocando que su miembro se pusiera
duro y listo para la acción. Rachel —así era el nombre de la rubia que iba
consigo—, se detuvo un momento para quitarse los diabólicos y altísimos tacones
que llevaba puestos; aun no entendía cómo es que las mujeres podían utilizar ese tipo de zapatos
sin irse para adelante, romperse la boca o en tal caso una pierna.
—Estos
zapatos me matan. —comento ella subiendo los escalones, que por su puesto
también estaba lleno de chicos.
Georg
observo a una parejita besándose como si no existiera un día después. Eso, no
entendía porque le traía a la mente Tom. «Venga Georg, sácate de la cabeza al
tipo de una buena y puta vez» se dijo a sí mismo tomando a Rachel de la cintura
y besándola hasta dejarla sin respiración, gustosa ella le siguió y se volvió a
restregar con el duro y trabajado cuerpo del castaño.
La
habitación en la que se encontraban estaba casi vacía a excepción de la cama,
las mesas de noche y las lámparas encendidas. Rachel no espero para quitarse la
ropa, —y no traía mucha que quitarse— se desnudo completa sentándose en la cama
de piernas abiertas mostrándole una perfecta vista de su vagina depilada al
estilo brasileño. Siseando Georg se quito el pantalón, se acerco a ella y comenzó
a besarla con salvajismo.
—Oh
Georg… —gimió ella a su oído moviéndose de arriba abajo rozando su vagina con
el miembro de Georg.
Georg
bajo su bóxer y sin pedir permiso entro con fuerza dentro de la excitada mujer.
Lo extraño del caso era que no había sentido nada.
—
¡Destrózame, azótame y rómpeme, no me importa, joder golpéame! —le grito ella
meneando su cabeza de un lado a otro.
Las
prácticas sexuales con estilo sado no le iban y ese movimiento de cabeza le
estaba asustando, pero no iba a detenerse total haría lo que quisiera. Rachel
no dejaba de gritar que la nalgueara así que Georg opto por ponerla en cuatro y
penetrarla desde esa posición para no tener que escucharla más.
«Sí fueras como Tom» ese pensamiento fugaz fue
lo que más le asusto de todo lo que estaba sucediendo.
***
Alegre,
animado, con alcohol en su sangre y ganas de bailar hasta morirse. Así estaba
Tom, mientras platicaba con Rafael, no quería admitirlo, pero el hombre era
chistoso y había resultado ser una buena compañía. Desde que se adentraron un
poco más a la fiesta no había parado de reír de sus chistes y su manera tan
malvada de buscarle los defectos a los demás y burlase, y no era que él fuera
uno de los que se anduvieran burlando de los demás, pero Rafael lo decía con
tanta gracia que no podía evitarlo.
—
¿Te estás divirtiendo compañero? —comento Rafael ya con varios tragos encima.
Tom
estaba ebrio, apenas y sentía un poco de mareo pero estaba consciente de todo
lo que pasaba a su alrededor. Asintió, sonrió y comenzó a moverse al ritmo de One
(Your name) de Swedish house mafia. La música se estaba apoderando de su cuerpo
y no iba a evitarla, cerró sus ojos para sentir como ella recorría sus venas y
hacía de las suyas con su cuerpo. Rafael se situó detrás de él colocando sus
grandes y delgadas manos en sus caderas mientras que todo mundo gritaba y les
animaba a seguir bailando. El chico rastudo abrió sus ojos para observar a
otras parejas de hombres bailando frente a él, dos mujeres se acercaron y se
colocaron frente a él bailando de manera erótica. Por supuesto no hubo mucha
reacción física en él más que seguirles el juego.
Una
presión en su culo le hizo detenerse poco a poco. Rafael estaba empalmado
restregándole su paquete en el trasero, eso le hizo ruborizarse y hacerse un
poco para adelante; las fuertes manos de su compañero de ojos azules lo pegaron
de nuevo hacía el delgado cuerpo volviendo a sentir ese paquete que estaba más
que seguro el dueño querría usar con él.
—
¡Tengo que ir al baño! —le susurro-grito a Rafael para que se apartase.
El
de ojos azules se aparto sin más y asintió. — ¿Te acompaño? —pregunto en el
oído del chico.
Tom
se lo pensó. —Puedo ir al baño yo solo.
—Sí,
puedes. —afirmo él con la azulada mirada puesta en el menor. — pero aquí hay
mucha gente, pueden violarte, robarte o en tal caso… matarte. —se rió y luego
mordisqueo su labio inferior.
«Baboso
y estúpido es este tío» pensó Tom poniendo los ojos en blanco. Sin decirle nada
a su coqueto compañero camino hacia las escaleras y comenzó a subir pidiendo
permiso a las parejas que estaban en ella metiéndose la lengua hasta la úvula y
mas allá, no tardo mucho en darse cuenta que Rafael venía detrás de él.
—Rafael,
te he dicho que puedo ir solo al baño yo…
Segundos
lacónicos pasaron y los labios de Rafael estaban pegados sobre los suyos, con
gesto de asco lo empujo hasta hacerlo chocar contra la pared y él se reía.
—
¡Te he dicho que no joder! —le grito provocando que algunos en el pasillo
voltearan a verlo.
Rafael
se despego de la pared y camino nuevamente hacía Tom apresándolo, el pelinegro
lo abrazo inmovilizándole los brazos y sonrió.
—Te
insinuaste y ahora no quieres acarrear con lo que provocaste.
—Hijo
de puta. —Tom alzo su rodilla y le alcanzo a pegar justo en su miembro. —, a mí
nunca me toques sin permiso.
Todos
se murmuraban mientras Rafael estaba tirado en el piso, privado con el dolor.
Tom se dio la vuelta y se disponía a
irse cuando una voz que venía de atrás le hizo detenerse.
—
¿Qué mierdas sucede aquí?
Él
volvió a darse la vuelta hacia la voz y sus ojos se abrieron tan grandes como
pudo al descubrir de quien era. Era Georg y estaba en bóxers, tenía los labios
rojizos y las mejillas tenuemente ruborizadas por la actividad sexual seguro.
—
¿Tom? —los ojos del castaño se abrieron de par en par.
La
garganta de Tom se cerró incapaz de decir alguna palabra, lo que veía era
suficiente para darse cuenta de que su “novio” amante estaba follando con otra
persona. Detrás de Georg, se asomo una chica que era probable tuviera la
palabra “zorra” tatuada en alguna parte de su femenino cuerpo. Esas putas y
perfectas curvas de mujer que él no tenía y que a Georg si le gustaban.
—Tom
ven aquí.
«
¡Maldito imbécil descarado! » grito Tom en su mente observando solo a Georg. Sabía
que una cosa así podía pasar cuando Georg se aburriera, pero no contaba con que
pasara tan pronto y él estuviera presenciándolo así de esa manera.
Sin
soltar si quiera una sola palabra el hombre lastimado corrió por el pasillo
hasta llegar a las escaleras y bajo tan rápido como pudo y el último escalón lo
salto cayendo de pie en el piso sin detenerse a mirar a nadie quería escapar de
ese lugar. No podía respirar.
***
Georg
observaba al amigo de Gustav, ese tal Rafael estaba tirado en el piso con las
manos cubriéndole la entrepierna, se acuclillo y lo agarro por la camisa. Sí le
había hecho algo a Tom lo mataría.
—
¿Qué le hiciste a Tom?
—Nada
—susurro adolorido.
—No
lo preguntaré de nuevo. ¿Qué-le-hiciste? —dijo entre dientes.
El
tipejo del mal se negaba a decirlo y él bajo la mano hasta la entrepierna y
golpeo de nuevo haciendo que Rafael chillara como un crio.
—
¡Lo bese, lo bese!
El
castaño se levanto y le pateo el estomago. Entro a la habitación y recogió su
pantalón colocándoselo, Rachel lo miraba confundida.
—
¿Por qué te vas? No hemos terminado.
—Vístete.
—
¿Por qué? —insistió ella acercándose a él para seducirlo de nuevo.
Él
la esquivo y termino de colocarse el pantalón largándose de esa habitación. Se
sentía una mierda por haberse acostado con esa mujer y ni siquiera entendía por
qué. Bajo hasta el vestíbulo y pregunto a alguien conocido si habían visto a
Tom, le dijeron que había salido por la puerta delantera y se dispuso a
buscarlo, conociéndolo estaría hecho una mierda.
Tom
caminaba por la acera hablando por teléfono, hacía gestos exagerados con las
manos. Georg aprovecho para acercarse, tomarlo por un brazo y hacer que lo
mirara a la cara. Tom bajo el celular y se soltó bruscamente.
—No
quiero hablar contigo.
—Escúchame.
—
¡¿Qué voy a escuchar?! —grito Tom, estaba más afectado de lo que Georg había
imaginado.
—No
grites, escúchame yo…—se quedo en silencio por un momento. ¡Ni siquiera tenía
una excusa para eso! —solo no debías ver eso.
—Y
mi que me importa eso, a ti te van las mujeres Georg, te gustan las curvas, te
gustan las tetas grandes y con pezones rosados, te gustan que tengan el culo
grande. —la voz del menor se quebró ligeramente. —te gusta tener dos agujeros
con los que jugar y maldición…
Georg
pensó que Tom estaba equivocado, quizás las chicas fueran su fuerte pero Tom era
el único hombre en la volita del mundo que lo volvía loco y con el único que se
había sentido cómodo y satisfecho teniendo relaciones.
—No
tienes porque ponerte así Tom, nosotros no somos nada.
Tom
le fulmino con la mirada—No somos nada…
El
castaño frunció el ceño ¿Acaso Tom creía que sí eran algo? ¡Mierda! Ellos solo
eran amigos que follaban por placer y nada más. ¿Estaba él enamorado?
—
¿Estas enamorado de mí? —pregunto para sacarse las dudas.
Tom
se rió burlo. — ¿Enamorado dices? Para nada, yo no estoy enamorado.
Georg
alzo la ceja. —Te dije que no te enamoraras de mí.
—
¡Qué no lo estoy! —grito fuerte esta vez.
Georg
respiro aliviado pero a la vez algo triste. —Entonces podemos seguir siendo de
los amigos que follan, me gusta Tom.
El
menor lo miro con la mandíbula desencajada, se puso más cerca de Georg y le
atino un puñetazo en la boca tirándolo al suelo, lo agarro por la camisa y muy
cerquita de sus labios grito sin importarle nada.
—
¡Estoy hasta los huevos de ti, estoy jodido y maldito! ¡Estoy enamorado de ti
desde que tengo catorces años! —lo soltó.
El
labio inferior de Georg sangraba, no le dio tiempo de levantarse para decir
algo porque el taxi que Tom pidió estaba allí. Con una última mirada cargada de
emociones negativas Tom miro a Georg y se fue. Eso era una puta y aterradora
sorpresa, tenía que estar jugando. Enamorado de verdad no podía estar.
OMG! ESO ESTUVO FUERTE POR DIOS ! AHHH ESPERO EL PROXIMO CON ANSIAS UN BESO
ResponderEliminaraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaay que fuerte! T^T
ResponderEliminarPOBRE DE TOM :c
Rai sube pronto...
Me muero por leer más
Cuídate y un abrazo :D