Capítulo
IV
—No
he venido aquí para que...
Tom
no termino de hablar cuando Georg lo jaloneo hacia adentro y le llevo hasta la
sala en donde Michael brincaba en el mueble como si fuera un resorte. Sonrío de
solo ver la ternura que irradiaba el pequeño poco parecido a su hermano.
—Después
que me ayudes con este niño, dejaré que hables todo cuanto te plazca por ahora
solo haz que se quede quieto o voy a morir.
El
chico rastudo frunció los labios y se encamino al mueble. —Hola Michael. ¿Qué
tal estas? —se sentó mientras lo observaba.
El
pequeño se detuvo agitado y respondió con la voz entrecortada. —Bien. ¿Qué
haces aquí?
Georg
los observaba a ambos desde el arco que comunicaba la sala con el vestíbulo.
—Vine
a visitar a tu hermano, pero me ha dicho que te estás portando mal. ¿Por qué no
estás en tu cama? —pregunto suavemente.
—No
quiero dormir, solo quiero jugar. —Michael hizo un pequeño y tierno puchero.
El
castaño sonrío. Pequeño demonio manipulador, sin duda alguna conseguía lo que
quería con ese puchero. Tom lo agarro y lo sentó en sus piernas procurando que
el niño le mirara.
—Hagamos
un trato, subimos y te damos un baño, bajamos y te tomas el biberón, sí haces
todo eso entonces Georg y yo jugaremos contigo toda la noche. ¿Estas de
acuerdo?
El
niño parecía estar pensando en lo que él acababa de decir. Georg estaba
sorprendido de aquella capacidad para tranquilizar al conejito de Energizer.
Tom por su parte acariciaba el ondulado cabello rubio.
—Está
bien. —Sonrío Michael mirando a su hermano. —Él es bueno.
—
¿Yo no lo soy? —Georg lo miro entrecerrando los ojos.
—No.
Tom
se echo a reír. Minutos más tarde, Tom y Michael subieron al cuarto de baño
mientras que Georg preparaba el biberón de alimento para su hermano. Jodido
fuera el trabajo de su madre, esa noche quería hacer otras cosas, aunque
pensándolo bien algo podría pasar. La persona que quería esa noche estaba justo
en su casa.
Georg
subió a la habitación de su hermano, entro al cuarto de baño y encontró a Tom
arrodillado frente a la bañera mojando el cabello de Michael mientras le
platicaba. Decidió hacer silencio para escuchar lo que decían.
—Que
bonitos rulos tienes Michael, sí lo tuvieras tan largo y bonito como el de tu
hermano sería genial y te parecerías a él, pero... estas mejor así, nunca te
parezcas a él por favor.
El
tono en la voz de Tom a lo último de la frase no fue agradable para los oídos
de Georg y por eso tosió un poco.
—Esta
listo su biberón. —levanto el biberón. — apúrense.
Tom
sintió su corazón latir demasiado fuerte, se asusto. ¿Cuánto tiempo tendría
escuchando? Rayos. Termino de bañar al niño y lo llevo hasta la habitación para
colocarle un pañal y el pijama. Georg estaba mirándolo fijamente desde la
puerta, su mirada era taladra ropa y piel, no podía no evitar sonrojarse. Se
dio la vuelta para hacer que buscaba algo y justo en ese momento se dio cuenta
de que Georg le estaba mirando... ¡El culo!
—Para
ya, no me mires el culo tío.
Georg
dejo escapar una de esas sonrisas que tumban bóxer y braguitas, relamió sus
hermosos y pequeños labios poniendo los ojos en blanco.
—Solo
estoy mirando, no estoy tocando, sí así fuera, no estarías diciendo nada,
pedirías mas.
Y
se fue. Los ojos de Tom se pusieron cuadrados sonrojándose hasta las orejas. Aquello
era demasiado descarado.
Michael
bajo de la cama corriendo hacia las escaleras y Tom corrió para cogerle la mano
y obligarlo a bajar cada escalón hasta llegar al final en donde Michael estaba
exhausto. Georg levanto la mirada cuando Tom llego al último, y le sonrío con
sensualidad burlándose internamente de las sonrojadas mejillas de su nueva
“pareja” Tom era un poco... (Demasiado) inocente para él a pesar de que tiempo atrás
mostraba que no era así.
—Dame
su biberón. —Dijo Tom sin bajar la mirada.
—Toma.
Tom
levanto a Michael y lo cargo hasta llegar al mueble en donde le dio el biberón
y le permitió acostarse en su regazo. Georg se aburría mientras aquellos dos
solo se observaban así que fue a la cocina por unos nachos. Al regresar, Tom
había dejado el biberón en la mesita y tenía a Michael rendido en su pecho, una
escena bastante conmovedora.
—
¡Uau! eso no hubiese ocurrido si no hubieses llegado. —Dijo Georg impresionado.
—Solo
hay que tener paciencia y saber qué hacer cuando los niños se ponen
hiperactivos. ¿No lees para la clase de psicología Georg?
—Nop,
no leo. —respondió sonriendo.
Tom
puso los ojos en blanco. —Iré a acostarlo.
—Ve,
aquí te espero.
Tom
se levanto cuidadosamente y subió. Georg corrió al baño a lavarse los dientes,
su boca apestaba a nachos. De regreso Tom estaba sentado al pie de la escalera.
Esperándolo.
—Ahora
si vamos a hablar. —Dijo.
—Sip,
ahora sí. —Georg se sentó a tu lado.
Un
extraño y fuera de lugar silencio se coló entre ambos. Georg rompió el
silencio.
—
¿Dónde aprendiste a cuidar así de un niño? Tío, yo no sabía qué hacer, estaba a
punto de guindarlo de una percha en el closet de los abrigos. —se rió.
Tom
se rió un poco. — ¿Recuerdas cuanto tú, Gustav y Bill tuvieron que irse al
campamento de verano en Stuttgart?
—Cómo
no recordarlo, ahí fue donde el viejo Gustav dio su primer beso. —rió
recordando.
—Bien,
como ya sabes no fui porque en mi intento de ser un “niño grande” jodi el auto
de papá y por eso el decidió que como castigo tenía que trabajar para pagar los
daños. Nunca se lo dije a nadie, ni deje que Bill se los contara pero yo fui
niñero de al menos diez niños del vecindario en lo que fue de julio y agosto.
—suspiro. —Aprendí mucho.
—
¿Niñero? —Georg exploto en carcajadas— Habiendo tantos trabajos aquí en Berlín
¿Elegiste ser niñero?
Tom
le golpeo el brazo. —Era lo más fácil y donde me pagaban mas, además, no quería
tener que levantarme tan temprano para joder mi existencia en un trabajo hasta
las diez de la noche. Siendo niñero gane más de lo que tenía que darle a papá
así que no te burles.
—Vale,
vale lo entiendo. —Se volvió a reír— da risa escuchar que limpiabas pañales
llenos de mierda que no era tuya para vivir.
—
¡Oye! —Tom le dio un manotazo en la cabeza— Era algo honrado y sí tengo que
hacerlo de nuevo, con mucho gusto. Pendejo.
Ambos
se quedaron mirando fijamente hasta que explotaron en una extraña y anormal
carcajada, luego de eso hubo silencio. Los labios de Georg se entreabrieron
para decir algo pero fueron acallados por los labios de Tom. Impulsado por Dios
sabía qué, se abalanzo sobre el castaño y lo beso con todo, sintiendo aquel
dulce sabor a menta, la suavidad de aquellos labios.
Georg
coloco sus manos en la cintura de Tom logrando estabilizarse, aun tenía los
ojos abiertos puesto que aquel beso lo había tomado por sorpresa. Jo, el tío
tenía una pasión impresionante así que tenía que aprovechar. Se impulso con la
pierna izquierda para levantarse y dejar a Tom acostado en los primeros tres
escalones metiéndose entre sus piernas.
—Es
mejor si subimos a la habitación. —Susurro en los labios de Tom rojos por la sesión
de besos, no podía negar que su amigo tenía una boca de infarto y rasgos
delicados que lo hacían ver frágil.
Tom
no lo pensó mucho. En silencio ambos se levantaron y subieron a la habitación
de Georg. Las manos de Tom temblaban un poco, era casi irreal lo que estaba
sucediendo, lo era porque jamás imagino que sus sueños más íntimos fueran a
hacerse realidad. Demonios, ni siquiera pensó que ellos dos llegaran a besarse
alguna vez.
Las
manos de Georg viajaron hacia las caderas del joven, alzaron la camisa y admiro
aquel delgado pero musculoso abdomen bronceado. Era un poco rara esa atracción
por el cuerpo masculino pero era Tom el que le atraía de aquella manera. Lo beso de nuevo mientras le acariciaba la
espalda con suavidad sintiendo solo piel delicada y suave. Entre besos y
caricias se fueron acercando a la cama y se acostaron quedando Georg arriba.
El
latido del corazón de Tom era casi audible. Era una mezcla de nerviosismo y
deseo.
—Espera.
—Susurro Tom con la voz entre cortada por la falta de oxigeno.
—
¿Qué pasa? —Georg no se detuvo, él siguió besándole.
—Yo...no
vine a esto, no estoy... seguro de que yo...
Él
castaño no le dejo terminar, lo callo con un largo y profundo beso. Tom subió
su pierna derecha y se impulso un poco hacia arriba para quitarlo pero Georg
era bastante pesado y fuerte como para no dejarlo moverse. En el momento en que
iba a rechistar de nuevo, la mano de Georg entro por los bóxers y se hizo cargo
de la erección caliente y engrosada que necesitaba ser calmada. Tom no lo
evito, él se entrego a la pasión, no podía negar lo que su cuerpo tanto
deseaba... ¿Era solo su cuerpo ó también su corazón y su alma? Las dos, esa era
la respuesta. No hicieron falta muchas caricias, Tom se corrió dejando todo su
miedo en esa primera vez, se armo de valor y con mejillas ruborizadas aparto a
Georg de encima y se coloco él al mando, desabrochando los pantalones del
muchacho. La grande y gruesa erección de Georg fue liberada, los ojos de Tom
viajaron hacia ella sonriendo, era mejor de lo que había pensado. Bajo un poco e
inclino la cabeza para hacer de las suyas en aquel lugar privado.
—Joder...
—Georg agarro la cabeza de Tom y miro todo lo que el menor estaba haciendo. —,
pero que...
El
placer que le daba la lengua de Tom envolviendo la punta de su miembro no le permitía
decir ninguna palabra. Aquel chico rubio y rastudo sabía cómo chuparla y eso,
le gustaba bastante. Con un gemido alto su liberación llego y se hizo a un lado
para acabar mientras Tom le observaba, el chico estaba ruborizado hasta las
orejas y eso lo hacía ver tierno y a la vez inocente, otra de las cualidades
que le gustaban de él. Cuando se detuvo el proceso de liberación Georg subió de
nuevo a Tom a la cama y se deshizo de toda la ropa de él y de la suya propia,
dejando a Tom en cuatro para estimularlo. Era hora de obtener lo que quería.
Los
nervios de Tom se pusieron a flor de piel. No era su primera vez, pero le daba
un poco de vergüenza que él hombre que amaba le viera de esa manera tan intima
y en una posición tan... vergonzosa, no
iba a decir nada, el silencio era su mejor amigo. Georg se apresuro a estimular
la entrada del muchacho y sonrío viendo lo rosada y delicada que se veía, casi
no usada y eso le llenaba el pecho, no entendía porqué pero le agradaba la idea
de ser el único que estuviera allí después de tanto tiempo. Tom se mantenía
flojo y mordía sus labios para no gemir muy alto, eso le hacía querer.
Georg
estaba haciendo espacio con sus dedos para entrar mejor. Agarrándolo por las
caderas posiciono su miembro en el pequeño agujero y entro despacio sintiendo
como el cuerpo de Tom se tensaba y las paredes anales se acostumbraban a la invasión.
—
¡Oh Georg!—gimió Tom sin poder evitarlo mientras se agarraba con fuerza de la
sabana de la cama.
El
movimiento comenzó a ser lento y luego rápido. Aquella unión era casi perfecta
y Tom estaba más que feliz y emocionado. Cuando Georg golpeaba su interior mas
placer para los dos. Tom comenzó a emitir sonidos sensuales, y el castaño se sentó
en la cama sentando al rubio de la misma manera, este comenzó a mover sus
caderas de forma sensual y provocadora colocando su cabeza en el hombro derecho
de él. Georg aprovecho para besarlo, agarro el miembro de su compañero y lo masturbo haciendo que él llegara al
orgasmo mientras le follaba la boca.
—
¡Dios!
Minutos
después Georg saco su miembro de la entrada de Tom y lo acostó en la cama
dejando que toda su semilla le cubriera el abdomen. Observaba el rostro extasiado
de Tom y sonrió satisfecho, ambos habían conseguido lo que querían. Tom ser
follado por él y teniendo el mejor orgasmo de su vida y Georg, había obtenido
el orgasmo y la satisfacción de haberse follado a su mejor amigo.
Tom
se movió un poco hacia arriba y cubrió su vientre con la sabana, observo a
Georg acostarse a su lado con el pecho subiendo y bajando, quería abrazarlo
pero no sabía si sería lo correcto por eso se quedo muy quieto mirando el techo
blanco.
—
¿Estas feliz? —pregunto Georg de repente.
El
joven no sabía que decir; lo estaba, jamás había estado más feliz pero...
siempre había un pero. Él ya había conseguido llevárselo a la cama ¿Qué pasaría
después?
—Lo
estoy pero...
—
¿Por qué siempre tiene que haber un pero?
—Pero
no quiero que te alejes de mí después de que hicimos esto. —dijo ruborizado,
era un error decir eso pero no importaba, no quería que se alejara.
Georg
se levanto un poco y le beso los labios acariciando con suavidad la mejilla del
muchacho. No iba alejarse por el simple hecho de que le había gustado follar
con él.
—No
me alejare Tom, no podría hacerlo después de esto.
Me quede en shock por dios espero el proximo un beso
ResponderEliminarDios *u*
ResponderEliminarQué pasará? Ese Georg usa a mi pobre Tom T.T
espero subas pronto
Cuídate y un abrazo :D
Please sube pronto me dejaste intrigada! please sube,amo tu fick :3
ResponderEliminar