Nota de la escritora: Me costo mucho saber donde cortar el capitulo. :l espero que les guste, el proximo sera el final.
Capitulo III
El vientre de embarazo de Ángela crecía sin
detenerse, tenía cinco meses y Bill no podía dejar de pensar en que él no
estaría para cuidar de esa niña que venía, como el buen tío que sabía que podía ser. Ángela
no sabía lo que pasaría con él en tres meses.
—Tres meses.
Dijo en voz alta, demasiado alta porque Taemin lo
escucho, ambos estaban en la cocina preparando la cena, Tom cenaría con ellos
esa noche.
— ¿Tres meses? —pregunto el rubio picando tomates.
— ¿Uh? No es nada.
— ¿Nada? como si no te conociera. —Él frunció el
ceño— Tu y Georg ocultan algo que es muy importante, yo necesito saberlo así
que escúpelo todo ahora, llevo dos meses esperando a que me lo cuenten.
Bill no podía decirle nada, no quería arruinarle la
noche. Él había obligado a Georg a que no mencionara nada de su enfermedad a
nadie, eso incluía a Ángela, como era de esperarse Georg no estaba de acuerdo
pero respeto esa decisión, eso le hacía recordar que Tom tampoco lo sabía, y se
sentía egoísta, porque Tom hacia planes que no podría cumplir, la enfermedad
iba avanzando muy rápido y aunque trataba de ocultarlo, ya se estaba quedando
sin fuerzas y su delgadez era preocupante.
El corazón se le apretó dentro del pecho y trago
fuerte.
—No es nada, no ocultamos nada, tú ocúpate de esos
tomates, ya vuelvo.
Se fue de la cocina esperando que el joven se le
olvidara lo que había preguntado y regreso cuando pensó que fue necesario. Los
dos terminaron de preparar la cena y él se fue a bañar para arreglarse para
recibir a su novio, tomo las pastillas que pudo porque esa noche, no se sentía
nada bien.
A la hora de la cena todos estaban sentados
disfrutando de su comida, Georg hablaba con Tom acerca del restaurante y Taemin
platicaba con Ángela, pero Bill no se sentía bien, estaba mareado, tenia
nauseas y el dolor de cabeza era insoportable.
— ¿Te sientes bien? —Pregunto Georg al ver la
palidez y desorientación de Bill.
—Necesito ir al baño un momento. —Se excuso y miro
a Tom dejando un pequeño beso en sus
labios—vuelvo en un rato.
Se levanto de la silla y dio dos pasos, suficientes
para caer desplomado en el piso.
---
Abrió sus ojos tratando de enfocar su vista para
saber donde estaba, la cabeza le daba vueltas y todo lo que veía era un techo
blanco. ¿Ya se había muerto? ¡No, no podía ser! « ¿Tom? ¡Dios mío Tom!» enfoco
mas la vista y logro divisar a una enfermera que estaba a su lado revisando una
maquina, le tomo la mano y sollozo.
— ¿Dónde, donde esta mi Tom?
La enfermera de cabello cobrizo le acaricio la mano
amablemente y sonrío. —Que bueno que despierta señor Kaulitz, si se refiere al
chico de rastas rubias, está afuera, ha estado aquí desde que usted fue traído
de emergencias, está parado al pie del cañón.
Bill no pudo evitar derramar lágrimas de alegría,
estaba vivo todavía y Tom estaba allí para él pero sabía que no se la acabaría
cuando tom y él hablaran a solas, le había mentido, le había ocultado una
verdad muy importante, lo había dejado hacer planes.
— ¿Cuánto tiempo llevo aquí?
—Desde ayer por la noche, estuvo inconsciente desde
entonces.
Suspiro y trago fuerte. — ¿Puede decirle a Tom que
venga por favor?
Ella asintió. —En un momento, debo cambiar tu
suero.
La amable mujer termino de hacer su trabajo y salió,
un minuto después Tom entro en la habitación. Él estaba mortalmente serio,
tanto que Bill se estremeció y tuvo miedo.
—Hola.
Él trago saliva, tratando de contener las lágrimas.
—Hola.
— ¿Cuándo pensabas decírmelo?
—Tom, yo…
Cerró su boca bajando la mirada hacia sus
esqueléticas y pálidas manos, él no había pensando si quiera cuando decirlo,
estaba tan sumido en su felicidad que no había fijado una fecha y era tan
egoísta que ni siquiera se había detenido a pensar en que Tom también iba a
sufrir cuando él se fuera.
El silencio reino en ese lugar a excepción del
sonido de la maquina en la que lo monitoreaban, Bill hacia pucheros tratando de
contener las lagrimas y buscar las palabras correctas para Tom pero no sabía
que decir. ¿Qué se iba a morir quizás? Eso ya Tom lo sabía.
— ¿Sabes lo que sentí cuando Georg me dijo lo que
te pasa?
Bill negó con la cabeza incapaz de hablar, no podía
mirarlo, rompería a llorar si lo hacía.
—Mírame cuando te hablo.
El menor levanto la mirada observando el rostro
dolido de Tom.
—Sentí que el mundo se me caía encima, que todo
esto era injusto para ti y más que todo para mí, porque estoy enamorado de ti,
te amo tanto que me asusta. —El rubio aclaro su garganta— me sentí herido
porque no me lo contaste desde un principio.
Bill rompió en llanto y llevo sus manos a su
rostro. —No quería que me dejaras al saberlo, no quería que nada de esto
pasara, yo sabía que enamorarme como estaban las cosas no me traería nada
bueno, iba a ser un error que pagaría muy caro, pero yo quería amar, quería
sentir lo que era ser amado por otra persona, quería… yo quería ser feliz.
Tom estaba en completo silencio mientras Bill
sollozaba, el pelinegro quito las manos de su rostro para asegurarse de que Tom
aun estuviera allí, esté permanecía mirándolo fijamente, sin expresión alguna,
solo mirándolo.
—Se que ahora querrás odiarme pero por favor nunca
dudes de que te amo, te amo tanto mi vida y lamento todo esto. —continuo
diciendo Bill esperando alguna respuesta.
La única respuesta que obtuvo fue ver a Tom caminar
hacia la puerta y desaparecer. Debió imaginarlo, debió saber que Tom lo dejaría
solo cuando se enterara.
Las siguientes cuatro horas su estado decayó, había
pasado toda la tarde llorando, los ojos se le saldrían en cualquier momento, su
rostro estaba hinchado y su cabeza a punto de estallar, quería morirse, en ese
mismo momento. El doctor había entrado a la habitación mientras él estaba con
Georg y Taemin. Le habían hablado de una pequeña mejoría que había tenido en
esos últimos meses, la enfermedad seguía avanzando pero su cuerpo estaba
resistiendo mucho más, y él sabía mejor que nadie que la mejoría era por Tom,
pero ahora que no lo tendría más, sabía que los cambios no ocurrirían.
—Tom va a volver, ya lo veras, él te ama. Si tú
hubieses visto al hombre que yo vi ayer cuando te vio en el suelo desmayado e inconsciente
lo sabrías. —decía Taemin mientras le acariciaba la cabeza a Bill.
Bill permanecía con los ojos cerrados para evitar
llorar y disfrutaba de las caricias de Taemin, Tom no volvería, estaba seguro
de eso.
---
Bill fue dado de alta tres días después y en esos
tres días no había tenido señales de Tom, su vida pendía de un hilo y lo único
que quería hacer era morir antes, para dejar de sentir dolor.
Taemin se sentó a su lado cargando a Dahim en sus
brazos, comenzó a hablarle pero Bill, él no le escuchaba, estaba pensando en
Tom y en los últimos meses. Lo extrañaba tanto, las lágrimas comenzaron a salir
sin ser bienvenidas.
—No llores. —Taemin soltó a Dahim quien salto al
regazo de Bill haciendo sonidos de llanto— La niña sabe que te sientes mal y se
sentirá mal también, me harás llorar a mí también.
Bill pasó un brazo por los hombros de Taemin y lo
acerco hacia sí. —Lo lamento. —beso la corona de esa cabeza ahora pelirroja y
suspiro. —no voy a llorar de nuevo.
—No deberías hacerlo.
Él adoraba a ese niño, era un verdadero dolor de
cabeza pero el más adorable y sentimental que había conocido. Jugó un rato con
Dahim mientras seguía abrazando a Taemin hasta que tocaron la puerta del
departamento.
—Yo voy.
Grito Taemin como si estuviera esperando ese
sonido. Bill se quedo con Dahim en sus brazos y la abrazo fuerte, era tan
preciosa y la amaba tanto. Sonrió cuando ella le lamio la mejilla.
Escucho una voz que reconocía perfectamente y pensó
que estaba delirando. Se quedo helado al ver a la persona que estaba detrás de
Taemin.
—Tienes una visita.
Bill soltó a Dahim observando a Tom, estaba más
hermoso que nunca y traía una ropa que lo hacía ver diferente. Tenía el cabello
recogido y vestía ropa que parecía más adecuada para su cuerpo, casi se le sale
la saliva al verlo, no podía creerlo ¿Qué hacía allí? Esperaba que no fuera
para reclamarle más nada, su corazón no lo soportaría.
—Yo los dejo solos.
Taemin salió corriendo hacia su habitación. Tom se
acerco a Bill y se sentó a su lado mirando hacia el frente.
—Necesito que te arregles, te que pongas una bonita
ropa y vengas conmigo.
Bill lo miro frunciendo el ceño. — ¿Qué?
—Haz lo que te digo, por favor.
Algo dentro de él sabía que no tenía que
desobedecer así que se levanto rápidamente y fue hasta su habitación, se dio un
baño rápido, se coloco la mejor ropa que encontró y delineo sus ojos, estaba
demasiado pálido cuando se miro al espejo, pellizco sus mejillas logrando un
poco de color y sonrío. ¡Tom estaba allí! ¡Tom había vuelto!
Unos minutos después salió y Tom estaba aun sentado
en el sofá con las manos responsado sobre sus muslos, parecía impaciente y su
rostro era serio. Algo en su interior le decía que algo no iba bien, el corazón
se le arrugo completo.
— ¿Qué sucede? ¿A dónde vamos?
—Tú solo ven conmigo.
Dijo sin siquiera detenerse a mirarlo. Se acerco a
él, le tomo la mano y lo jalo para sacarlo del departamento. ¿Pero qué
demonios…?
—Oye suéltame, no puedes sacarme así, Taemin está
solo en el departamento y…
Tom se detuvo— No hagas preguntas, solo quédate en
silencio y te lo agradeceré de por vida, ya suficiente de ti he tenido en estos
días como para que acabes con mi paciencia.
El menor se quedo en silencio al ver la mirada
mortal de Tom, tenía ganas de salir corriendo pero tenía curiosidad de saber a dónde
lo llevaba, aunque antes iba a poner en su lugar a ese cabeza de chorlito,
nadie le hablaba así.
—Oye tú pelo espantoso, antes de irme contigo debo
decirte que me molesta tu tono de voz y que me jalonees, odio que hagan eso,
así que si no quieres un problema enorme conmigo mejor le bajas dos rayitas a
tu humor. —Bill se cruzo de brazos y alzo la ceja para mostrar seriedad.
—Cállate Listing, me vuelves a decir así y te juro
que tendrás mas problemas de los que jamás tuviste en tu vida.
Le volvió a jalar y esta vez Bill se puso tan tieso
como pudo, Tom no pudo moverlo.
— ¿Te vas a poner con niñerías? Vamos Bill,
necesito que hagamos esto rápido.
— ¿Hacer qué? De aquí no me muevo hasta que me lo
digas, te desapareces tres días después de enterarte de que me voy a morir y
regresas con una cara de perro con rabia que ni para que te cuento, me dices
que me vas a llevar a una parte y me tratas mal. ¿Qué quieres que haga? Si
piensas que es una niñería allá tu, si no me dices a donde vamos entonces yo no
me muevo de aquí.
Bill no se iba a dejar de Tom, nunca lo había visto
de esa manera y no le gustaba, además
odiaba ser controlado, por algo también se había escapado de su casa a los diez
años.
—Que conste que te dije, las cosas por las buenas.
Para cuando Bill fue a rechistar Tom ya lo tenía
sobre su hombro y caminaba sin ninguna dificultad, como si lo que llevara en el
hombro fuera un costal de plumas, y bueno no había mucha diferencia, en los
últimos meses había adelgazado tanto que estaba en los huesos (literalmente).
Tom hacia caso omiso a los quejidos y golpeteos de
Bill en su espalda y seguía caminando hasta el ascensor, Bill no podía contra
él y el esfuerzo le estaba costando bastante, se sentía mareado y le faltaba un
poco el aire así que dicen que si no puedes con ellos entonces úneteles.
—Está bien, bájame y prometo no hablar ni moverme
hasta que hayamos llegado a donde sea que vamos.
Odiaba ser tan débil en esos momentos, pero debía
admitir que con todo y enfermedad aquel comportamiento de Tom y la reacción de
él lo hacían querer comérselo a besos.
El mayor no dijo nada y lo bajo, llegaron al primer
piso del edificio y salieron, el auto de Tom estaba estacionado en frente,
cruzaron la calle y ambos subieron.
Bill iba con la cabeza pegada a la ventanilla del
auto, observando a las personas caminar de un lado a otro, el día estaba
bonito, el sol brillante y el cielo completamente en un tono azulado.
Tom dio un frenazo que de no ser por el cinturón de
seguridad seguro que hubiese dejado los dientes pegados en el tablero del auto,
él volteo a mirarlo, frunció el ceño cuando lo vio sacar una pañoleta negra de
su bolsillo del pantalón. ¿Qué…?
—Quítate el cinturón y date la vuelta. —dijo
mientras doblaba la pañoleta hasta hacerla una venda.
Bill entrecerró los ojos. — ¿Para qué?
—Dijiste que no harías preguntas.
—Las hago porque me estas poniendo de los nervios,
no sé qué diablos sucede y a no ser que quieras secuestrarme y matarme no se me
ocurre nada más. —suspiro cansado, quería saber a dónde iba todo eso.
—Cariño, tú siempre pensando que todo lo que camina
va a hacerte daño. Solo date la vuelta, necesito vendarte los ojos. —le ofreció
una sonrisa amable y dulce, de esas que solo Tom podía hacer para derretirlo
hasta quedar esparcido en el piso.
—Espero que esto no sea nada de lo que me vaya yo a
arrepentir.
Bill sonrío y se dio la vuelta, cuando le vio sonreír
vio a su Tom, al hombre que amaba con toda su alma. El mayor coloco la bandana
en sus ojos y tuvo cuidado de no apretarla mucho, le pidió que se acomodara
para ponerle el cinturón y entonces Bill anduvo todo lo que resto de camino a
ciegas.
Fueron alrededor de diez, quince minutos cuando el
auto se detuvo y Bill escucho el motor apagándose, ruido siguiente, la puerta.
¿Lo había dejado solo en el auto? Trato de quitarse la venda pero escucho la
puerta de su lado abrirse y sintió las manos de Tom sobre las suyas, la sensación
fue gratificante y sonrío, las manos de Tom eran suaves y venosas, las amaba.
Un hormigueo intenso se poso sobre su vientre e imagino a Tom pasando sus manos
por su cuerpo, una vez más.
Una incómoda
erección se pronuncio en sus pantalones pitillos, demasiado evidente porque
escucho la risa de Tom mientras le quitaba el cinturón de seguridad.
—El amigo está inquieto, lastima, no estoy de
humor.
Bill quería quitarse la venda para encajarle un
puñetazo en la barbilla a ese muchacho pero la vergüenza le gano a cualquier
otra cosa, sintió las mejillas arder.
—No tengo culpa de que con un simple toque hagas
que mi amigo, ese que tanto te gusta, quiera hacer de las suyas.
Escucho de nuevo la risa de Tom. Al salir del auto
sintió la brisa fría golpearle el rostro con suavidad, trato de oler o sentir
algo con sus pies que le diera una idea de donde estaba pero no obtuvo nada. ¿A
dónde quería llevarlo Tom? ¿Qué iba a hacerle? Por su mente pasaban miles de
cosas.
—Tom, ¿Por qué estás haciendo esto?
Pero no obtuvo respuesta. Sintió las suaves manos
de Tom sobre la venda en los ojos y luego como la desamarraba lentamente.
¡Jesús! Estaba a punto de morir de los nervios, el corazón le latía con fuerza
en su caja torácica. La venda fue retirada por completo y cuando enfoco su
mirada vio a Georg junto a su hermosa novia embarazada, Taemin vestido de traje
con Dahim quien tenía un vestidito rosa y lacitos en las orejas y a Alicia
observándolos desde el arco blanco en donde también estaba un hombre que estaba
colocando un libro en una mesa. Miro a los lados y estaban al aire libre, la
vista era preciosa, un jardín enorme, lleno de color, no estaba entendiendo
nada.
— ¿Te quieres casar conmigo?
Bill se sobresalto y se dio la vuelta para mirar a
Tom, estaba intentando procesar aquella pregunta. ¿Estaba soñando? Si era así
por favor que no lo despertaran nunca.
—Necesitas responder ahora porque nos están
esperando. —señalo hacia donde estaban los demás.
—Tom, pero… yo me voy… yo…
No sabía que responder, si decía que sí, Tom se
quedaría viudo pronto, si decía que no, moriría sin saber lo que era casarse
con alguien.
—No me importa nada de eso, quiero casarme contigo,
quiero estar junto a ti, despertar junto a ti, comer junto a ti, soñar junto a
ti por todo el tiempo que podamos.
Los ojos de Bill se llenaron de lágrimas, aun no sabía
que decir.
—Te amo, es la pura verdad. Desde que te vi por
primera vez en el parque el día doce de octubre del año pasado, recuerdo fue a
las cuatro de la tarde y tú te paseabas con tal sonrisa en el rostro que me
dejaste atontado por unos minutos mientras te veía pasar hasta que te perdiste
de mi vista, así que te vi cada tarde que ibas al parque pero yo no me atrevía
a acercarme, alguien como tu seguramente tenia a alguien y no quería ser
molestia.
Bill seguía llorando pero esta vez acompañaba el
llanto con risas.
—O sea que eras un mirón. —soltó una risa nerviosa.
—Lo era, de hecho una vez me escondí detrás de un
árbol para verte más de cerca y estuviste a punto de verme, pero yo me escabulle como pude. —Tom sonreía.
No se lo podía creer, ellos estaban destinados a
estar juntos. De pronto la difícil decisión se volvió la más fácil de todas.
—Acepto casarme contigo Tom. —se lanzo a sus brazos
abrazándolo con todas las fuerzas que podía. — te amo. —lo beso tiernamente en
los labios olvidándose de que atrás había personas mirando.
— ¡Aun no pueden besarse joder! ¡No lo arruinen!
—Grito Taemin.
Bill se aparto de Tom volteando a ver a Taemin
riendo y a la vez enojado por la palabrota que acaba de decir, como adolescente
menor de diecisiete delante de él no tenía permitido decir malas palabras.
— ¡Cuidadito con esas malas palabras Lee Taemin!
—le señalo.
—Creo que ya es tiempo de que se acerquen aquí.
—Georg estaba sonriente tomado de la mano de su novia. — apúrense, el funcionario
debe irse pronto.
Tom cogió la mano de Bill y ambos corrieron para
llegar a donde estaban los demás. Bill no cabía dentro de sí, estaba feliz como
nunca, amando más que nunca a la persona que tenía a su lado. Estaban frente a
la persona que los iba a casar.
—Estamos aquí reunidos para unir en matrimonio
civil a Tom Kaulitz y Bill Listing…
Y así comenzó, luego era el turno de Tom decir sus
votos matrimoniales y entregar el anillo. Tom observo a Taemin con los anillos
en una almohadita y le sonrío, él joven tenía los ojos llenos de lagrimas y le
devolvió la sonrisa. Agarro el anillo y tomo la mano de Bill y la beso para
luego mirarlo a los ojos.
—Yo Tom Kaulitz, acepto como esposo a Bill Listing
para amarlo y respetarlo, estar con él hasta que Dios me lo permita, para
cuidarlo y protegerlo hasta que me grite y me diga que no lo ahogue tanto. —Rio
bajo con algo de nerviosismo— eres mío por siempre.
Bill se rio y puso los ojos en blanco, sintió el
anillo deslizarse sobre su dedo y miro a Tom con tanto amor, lo amaba, estaba
tan feliz de haberlo encontrado. Miro a Taemin lloriqueando y sonrío besándole
la frente.
—No llores mi pequeño, me harás llorar a mí, más de
lo que ya llore.
Taemin suspiro tratando de no llorar y le dedico
una sonrisa, Bill se detuvo un momento a mirar a Georg y a Ángela, el moreno tenía
a su novia pegada a su cuerpo y una mano sobre el abultado vientre y sonreía, Ángela
estaba llorando y sonriendo a la vez. Luego fue a mirar a Alicia que estaba del
lado de Tom tan hermosa como siempre, ella le lanzo un pequeño beso. No le cabía
duda de que cuando le llegara el momento de irse, Tom se quedaría en buenas
manos, Georg, Ángela, Taemin y Alicia cuidarían de él.
Les sonrió a todos y se dedico a decir lo suyo.
—Yo Bill Listing prometo amarte y respetarte, estar
contigo en las buenas y las malas hasta que sea la muerte quien me separe de
ti. Te amo con todo lo que soy Tom Kaulitz.
Le termino de colocar el anillo y así fue como
procedió todo hasta que por fin se dieron el beso de los recién casados.
Un comentario sería bien recibido, bueno o malo, gracias por tomarse el tiempo para leer. :)
Ay Dios... morí :'( lloro ;----; lo amé... ¡Dios! TT-TT
ResponderEliminarGracias por subirlo ;w;
Besos. Te quiero.
ayayayayyayayayayay :')hermoso...
ResponderEliminarpobre Bill :'(
cuídate y un abrazo Rai :3
Please siguela :'( esta tan hermosa esta mini fick que me encanto! la vida es tan injusta para Bill :'( pero las cosas buenas llegaron :') hahahahaha please sube pronto ya sabes que amo como escribes rai<3 please sube pronto!
ResponderEliminarMe lei los cap en menos de una hora ejje, esta muy buena.
ResponderEliminarSolo que me perdi un poco, en el hospital la enfermera le dijo a Bill señor Kaulitz y despues Tom le llamo Listing y el hombre q los caso tambien, jeejjejeje asi que talvez lei mal no se.
Bueno espero el final
Hola Cabi, disculpa es que no me acostumbro a colocar otro apellido a Bill xD >< pero solo pasa en este capitulo.
Eliminarayyyy lo ame estuvo hermoso espero el siguiente un beso
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