domingo, 21 de julio de 2013

Fic: "Besar a un ángel" Capitulo II


Notas de la autora: Muchas gracias a las que comentaron en el capitulo anterior, cuando escribí este lemon me sentí comoda y sentí lo que sintió Bill, la verdad. 

Capitulo II

— ¡Bill, te están llamando por teléfono!

El pelinegro escucho el grito de Taemin pero no quería levantarse. Tenía dolor en el cuerpo y no se sentía bien ese día que estaba lloviendo. Al diablo con el teléfono él no se iba a levantar.

— ¡Bill, el bendito teléfono!

— ¡Al diablo con ese teléfono, déjame dormir!

Grito. Cuando Taemin dejo de gritar suspiro enredándose completo en su cobertor, necesitaba descansar mucho.

El sur coreano de rostro aniñado apareció en la puerta con el teléfono en la mano. Bill alzo su cabeza cuando sintió la luz llegarle directamente al rostro, abrió los ojos y gruño.

—Te dije que no quiero.

—Cállate, es un tal Tom y quiere hablar contigo. ¿Le digo que se vaya al diablo?

« ¿Tom? ¡¿Tom?! ¿Y quién diablos le había dado el numero de su departamento a Tom?»

Bill dio un salto de la cama y le arranco el teléfono inalámbrico de las manos a Taemin. Su corazón latía asustado y emocionado a la vez. Aun faltaban dos días para que se vieran ¿habría cambiado de opinión? De solo pensarlo se le revolvía el estomago.

Coloco el inalámbrico en su oreja y hablo.

—Hola.

—Pensé que no ibas a contestar. Ese chico me dijo que estabas durmiendo pero insistí en hablarte porque es tarde para andar de dormilona. —Tom se río desde el otro lado.

Bill pensó que se iba a desmayar, esa risa era dulce y le gustaba.

—Lo siento, es que no dormí bien anoche. —Sonrío— ¿A qué debo tu llamada? Y otra pregunta ¿Quién te dio el número?

Hubo un pequeño silencio y luego una pequeña risa. —Quería saber cómo estabas nada mas, a ti se te olvido dejarme tu número. Yo tengo mis métodos para conseguir lo que quiero y me gusta.

Él se ruborizo— Pues yo estoy bien gracias. ¿Tienes métodos? Me gustaría saberlos, comienzo a pensar que eres un detective privado o un acosador que se yo.

— ¿Acosador? Sí, lo soy, mira por la ventana.

Bill frunció el ceño, se acerco a la ventana apartando la cortina y miro. No había nadie.

—No hay nada.

— ¿En verdad miraste? —Tom soltó una carcajada. — No creí que lo hicieras.

Las mejillas de Bill se encendieron, seguramente toda la sangre de su cuerpo se había acumulado en sus mejillas, y menos mal que ese estúpido rubito no estaba por allí para mirarlo. ¡Era un estúpido!

—Para de reírte de mí, eres un pendejo.

—Vale lo siento. —Tom se seguía riendo— vuelve a mirar, por favor.

—No voy a caer de nuevo. —dijo serio.

—Entonces, no lo hagas.

Alguien estaba tocando la puerta del departamento y él salió un momento para decirle a Taemin que fuera a abrir la puerta, se fue hasta la cocina y no lo encontró, tom seguía al teléfono pero él estaba un poco enojado por esa broma de la ventana.

—Que bonitos bóxers traes puesto.

Bill abrió los ojos sorprendido y confundido ¿Cómo sabía que iba en bóxers?

— ¿Perdón?

—Voltea.

Y allí estaba él. Traía una bandana de calaveras en la frente y una gorra, unos pantalones anchos y una camisa por lo menos tres tallas más grandes que la suya real. La mandíbula se le desencajo.

— ¿No te da pena que tu sexy invitado te vea así? Ay Bill.

Bill fulmino con la mirada a Taemin y no hizo más nada que correr a su habitación con el rostro encendido en todos los colores conocidos. «Mierda» se apresuro a colocarse un pijama y salió tratando de controlarse. Iba a matar a Taemin por abrir la puerta y a Tom por no avisar.

Llego a la sala tratando de mostrarse tranquilo y sin nervios pero le estaba costando, tuvo que agarrar el dobladillo de su camisa para evitar que se viera el temblor en sus manos. Tom estaba sentado en el sofá y lo observaba sonriendo. ¡Era un tonto! Pero que tonto más hermoso y sensual.

—Disculpa, lo que acaba de suceder, no me dijiste que vendrías, además ¿Quién te dijo en que numero de apartamento vivía?

—Fácil, el portero me lo dijo cuando se lo pregunte.

Cierto, así es como había conseguido eso pero ¿Por qué no le había avisado?

«AH, me va a terminar de matar» pensó. Se sentó frente a él y vio que Taemin estaba observando desde la cocina y le sonreía. Ese niñato, ya vería como…

—No mentí cuando dije lo de tus bóxers, me parece adorable que le coloques tu nombre al borde.

Bill salió de su ensimismamiento y se ruborizo hasta las orejas, quizás hasta el cabello lo tenía ruborizado.

—Supongo que tengo que decir gracias por eso.

Tom sonrío ampliamente. —De nada.

— ¿Qué te trae por aquí? Pensé que nos veríamos el viernes.

—No me pude aguantar hasta el viernes, quería verte hoy.

Eso lo tomo por sorpresa y sintió alegría en su corazón.

—oh, eso es… lindo. —bajo la mirada. ¿Podía dejar de sentir que las mejillas le quemaban?

—Bonito departamento, —dijo observando su alrededor— pensé que vivías solo.

Bill levanto la cabeza mirando hacia Taemin. — Gracias, y no, yo vivo con mis hermanos.

— ¿Ese rubio con rasgos asiáticos es tu hermano? Pensé que…

Lo interrumpió. — Georg no es mi hermano pero es como si lo fuera, estoy viviendo con él desde que yo tenía nueve años, Taemin es primo lejano de Georg y está con nosotros desde hace dos años, eso lo convierte también en mi hermano. El destino los trajo hacia mí como amigos pero el corazón nos hizo hermanos.

Tom asintió suavemente. —Oh, entiendo.

Bill quería decir algo mas pero de su boca no salió ni una sola palabras hasta que Taemin irrumpió aquel incomodo silencio, parloteando como siempre, y Bill no podía sentirse más agradecido.

—Bueno, ya que Bill se quedo mudo, tuve que intervenir. ¿Qué te gustaría tomar? Hay cerveza, té de limón y gaseosa, tú elijes. —dijo mirando a Tom.

Como era de esperarse el agradecimiento no duro mucho, Bill lo fulmino con la mirada y se levanto.

—Yo lo traigo. —miro a Tom, quien reposaba sus manos sobre sus muslos mirándolo solo a él. — ¿Qué deseas?

— Una cerveza estaría bien. —dijo en voz alta

Bill asintió y se fue a la cocina, no podía tomar porque estaba bajo medicación asi que para él, elegiría un té de limón frío. Al llegar a la sala con la cerveza y su té de limón vio a Taemin jugueteando con Dahim y explicándole a Tom porque se llamaba así. Bill sonrío tiernamente.

—Toma. —le paso la cerveza a Tom. — ¿De qué hablan?

—De Dahim, que por cierto no debería estar aquí, si no tomando una siestita. —El joven se levanto del sofá y cargo a la perrita— nosotros dejaremos a los amiguitos solos. ¿Verdad bebé?

La perrita emitió un ladrido aprobatorio y ambos se retiraron, Bill sonrío al ver a Taemin perderse en el pasillo hacia su habitación y luego volteo lentamente hacia Tom quien permanecía observándolo, su mirada estaba fija en él y aunque en un principio le había incomodado ahora era agradable.

Tom de repente se levanto y se sentó a su lado. Él se movió un poco para quedar frente a frente con Tom y su corazón latía mucho  más rápido de lo que debía.

—Tienes el rostro más perfecto que yo he visto en mi vida.

—Graci…gracias. — ¿Cómo podía ponerlo tan nervioso?, su cercanía era lo que más nervioso le ponía.

—Y sería demasiado estúpido si dejara pasar esta oportunidad.

Bill frunció el ceño « ¿pasar la oportunidad? ¿Qué oportunidad?» No le dio tiempo para seguir pensando cuando sintió unos suaves y carnosos labios posarse sobre los suyos. Por un momento se quedo paralizado, Tom comenzó a rozar sus labios con los suyos y levanto la mano para acariciarle la mejilla. Bill cerró sus ojos dejando escapar un suspiro mientras se aflojaba y permitía el movimiento de los labios, solo había besado dos o tres veces en la vida y era evidente. Se sintió apenado por eso,  cuando quiso alejarse Tom le coloco las manos en las mejillas y  presiono evitando que se alejara.

Tom se aparto lentamente y pego su frente a la de él dejando un pequeño beso en la punta de la nariz.

—Eso fue como besar a un ángel.



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Los días después de aquel primer beso estuvieron llenos de alegría para Bill, Tom era un hombre increíble y Bill comenzó a enamorarse de él, sí, quizás era muy poco tiempo para decir “Estoy enamorado” pero su corazón y su alma le pertenecían a Tom, inconscientemente  lo sabía desde el principio.

A Georg parecía caerle bien Tom, así que no protestaba cuando Bill se iba todo el día con él,  a hacer cualquier cosa y por una parte Bill sabía que era porque lo estaba dejando hacer las cosas que debía antes de que “eso” sucediera.

El primer mes paso volando, sus caracteres era diferentes pero el amor y la confianza construida por ambos en tan poco tiempo era increíble, las cosas no iban tan rápido como lo pensaban los demás porque después del primer beso no hubo un siguiente, y no era porque no lo desearan. Bill, moría de ganas por volver a probar aquellos carnosos y suaves labios pero debía controlarse, no quería parecer un desesperado, además de que Tom aun no había tomado iniciativa de pedirle que fueran algo más que amigos.

Una tarde ambos habían decidido ir a la playa y llevar a Taemin y a Dahim a distraerse un rato, no tardo mucho tiempo para que Taemin desapareciera con la perrita y eso preocupo a Bill. ¿Dónde se había metido?

—Déjalo, de seguro esta por aquí mismo, se consiguió un chico guapo y esta coqueteando, tu hermanito es un pillo. —Tom le dio un leve apretón tranquilizador a su delgada mano y sonrío, detuvo sus pasos.

Bill se detuvo con él y con su mano libre trataba de acomodar su cabello revuelto por el viento. —Tal vez sea eso pero ese niño se me pierde todo el tiempo, de verdad a veces me pega unos sustos.

Tom le sonrío quitándole un mechón de cabello de la frente. —Taemin ya no es un niño, tiene dieciséis años y está en la edad de querer hacer muchos experimentos.

Bill sintió un frío recorrerle la columna vertebral. —No me agrada cuando dices “Experimentos” ese muchacho puede cometer cualquier locura.

—Estate tranquilo, es un niño educado que tiene los pies bien puestos en la tierra, sabe lo bueno y lo malo así que no tienes de que preocuparte, tampoco es que pueda quedar embarazado. —sonrío.

El pelinegro suspiro ladeando la cabeza y observo como los rayos de sol iluminaban el perfecto rostro del hombre del cual se enamoro perdidamente. Esa nariz respingona, sus ojos color miel tan brillantes le hacían quedarse atontado, de seguro parecía idiota mirándolo de esa manera pero a Tom no parecía importarle. Él, más bien alzo una mano para acariciarle la mejilla con los nudillos y Bill pensó que por fin iba a animarse a darle otro beso, cerró sus ojos sintiendo la suavidad de los nudillos de él y sintió que se acercaba, podía sentir el aliento de Tom en su rostro y frunció los labios preparado para recibirlo.

—Bill…

Bill no quería abrir los ojos ¡Quería ser besado! Gruño para hacerle saber lo que quería, sintió a Tom apartarse y abrió los ojos avergonzados. ¿De verdad pensó que lo haría?

— ¡Si quieres un beso tendrás que venir aquí!

Grito Tom mientras se sacaba la camisa, sus pantalones y entraba corriendo al agua. Bill se dio la vuelta sonrojado y sonriendo, iba a por el beso ¡Oh si lo haría! Se saco la camisa dejando a Tom ver su delgado cuerpo y el tatuaje que tenía en el costado, estaba delgado, más de lo normal pero eso no le molestaría en esos momentos. Cuando llego al agua lo único que tenia eran sus bóxers, entro riendo y sintió como el agua helada le iba cubriendo hasta la cintura, las olas le golpeaban levemente mientras se iba acercando un poco más a Tom que lo esperaba con una sonrisa de esas tan delirantes que solo él podía hacer.

Llego hasta Tom y lo miro sonrojado.

—Estoy aquí por mi beso.

— ¿Estas seguro que quiero darte uno? mi intensión era que te quitaras el bóxer pero no lo hiciste.

Bill entrecerró los ojos. ¿Estaba hablando en serio? — ¿Estas hablando en serio?

—No.

Tom se río y lo atrajo hacia sí. Poso su mano derecha sobre la columna de Bill y la izquierda sobre la nuca para darle un beso inolvidable, Bill le rodeo el cuello con los brazos. Sus labios se movían en un frenesí divino, la saliva de Tom era dulce y agradable para Bill, tanto que le encantaba sentir su sabor. Sus lengua hicieron contacto y el pelinegro sintió corrientazos recorrerle el cuerpo entero, el beso se profundizo aun mas y sus cuerpos estaban tan pegados que Bill pudo sentir un bulto creciendo y chocando contra su vientre, se ruborizo hasta la orejas. Él también estaba sintiendo aquella pasión, un hormigueo extraño se poso en su vientre y se movió un poco para rosarse con su compañero.

«A la mierda todo, quiero que me haga suyo, aquí, ahora, no me importa nada» grito en su mente, estaba preso del deseo que no había sentido nunca, por nadie.

—Mmm

Gimió en los labios de Tom y este se aparto suavemente para ir dejando un rastro de besos por los pómulos y sus bien delineados ojos. En el mundo de Bill solo existían ellos dos, abrió los ojos y le miro esperando que dijera algo, lo que fuera. Pasaron unos segundos antes de que Tom se decidiera a decir algo.

— ¿Quieres ser mi novio? —susurro entre sus labios.

Bill abrió los ojos tan grande como pudo y chillo como un chiquillo recibiendo un regalo, rodeo la cintura de Tom con sus piernas y lo beso, lo beso con toda la pasión que podía darle, lo beso hasta dejarlo sin respiración. Cuando se aparto, Tom lo miro jadeando un poco.

—Entonces, eso me lo tengo que tomar como un sí definitivo.

—Sí.

—Te quiero.

—Te quiero.

Él asintió frenéticamente, no cabía dentro de sí, no podía explicar la felicidad que sentía de saber que Tom le quería, ¡Tom le quería!

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Los días siguientes Bill, estaba desesperado por estar con Tom, íntimamente hablando. Era virgen y eso le atemorizaba un poco pero sabía que Tom seria cuidadoso con él, a la vez le daba vergüenza porque seguro como nadie que Tom ya había dejado de serlo hace mucho tiempo.

Él estuvo preparandose mentalmente toda la tarde, dos veces habían estado a punto de lograr aquello pero siempre algo interrumpía el momento y se veían obligados a terminar con un dolor en los testículos. ¡Malditos teléfonos que interrumpían todo! 

Tom paso por él a las dos de la tarde para llevarlo a conocer la casa donde vivía, nunca la había visto porque siempre estaban en su departamento y ya era hora de que se dignara a mostrársela. Estaba emocionado por ver el lugar. Tom se estaciono frente a una casa pintada completamente de blanco y con un hermoso jardín, entraron, por dentro era pequeña y acogedora, con colores pálidos y sonrío, en el ambiente había mucha paz. Bill miro hacia un lado y vio una foto de Tom con sus padres, ellos también habían muerto.

—Que bonita familia.

Tom asintió y Bill noto un poco de tristeza en sus ojos, lo abrazo y le beso la mejilla. Él no le mostro la casa exactamente, lo llevo al segundo piso y abrió la puerta de una habitación, Bill se preguntaba si algo iba a pasar allí, era mejor averiguarlo.

— ¿Qué hacemos aquí? —pregunto observando cada rincón de la habitación, luego poso su mirada en la cama matrimonial.

—Quiero sentirte de todas las maneras que estén permitidas. —susurro en su oído.

Bill contuvo todo el aire que pudo y se ruborizo cerrando sus ojos. Pasaría, esa noche pasaría y estaría más que feliz de entregarse a él. Tom permanecía detrás de él respirando en su oído, diciendo palabras que lo atontaban, podía sentir como su corazón latía, sus piernas iban a ceder en cualquiera momento.

Tom coloco sus manos en las caderas de Bill y se restregó contra él, este se puso un poco tenso pero se dejo llevar y rió bajo. Las manos de Tom estaban frías cuando tocaron su abdomen y el menor dio un pequeño salto, Tom rio en su oído y fue subiendo la camisa hasta deshacerse de ella.

La ropa no duro mucho en sus respectivos cuerpos, ambos quedaron desnudos frente a frente, mirándose bajo la tenue luz de una lámpara de noche, el rubio se acerco a Bill y le acaricio la mejilla, acto seguido lo beso y se dispuso a llevarlo a la cama. Bill quedo debajo, abrió sus piernas y dejo que Tom le estimulara lo que nadie había tocado nunca, sus ojos se abrieron de par en par cuando sintió un primer dedo entrar en él, pero no tuvo miedo.

Sus corazones latían al mismo ritmo acelerado, no paso mucho tiempo cuando Tom sintió que ya era hora y pregunto si se sentía listo, a lo que Bill asintió repetidas veces, cuando por fin estuvieron unidos, Bill dejo escapar todas las lagrimas que pudo, comenzó a lloriquear mientras Tom se movia y su cuerpo se adaptaba a la invasión del grueso miembro, esté se detuvo un poco hasta que vio que Bill estaba disfrutando de aquello y comenzaba a emitir gemidos y ronroneos.

—Te amo, Tom.

Soltó Bill cuando exploto sobre su vientre en un orgasmo aniquilador. Sus ojos brillaban por las lagrimas, sus cuerpos estaban sudados, unidos, amándose. Tom llego al cielo, gimió lo más alto que pudo y se dejo caer sobre su pequeño, sobre su Bill, suyo solamente.

—Eres mío, Ángel.

Estaban satisfechos y felices, con sueño propio después del orgasmo se quedaron rendidos.


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Un comentario sería bien recibido, bueno o malo, de ante mano gracias por tomarse el tiempo para leer.

4 comentarios:

  1. wooow sin duda alguna lo ame(': espero que Bill sobreviva:( no quiero que muera:(

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  2. no soy de leer twc... Pero me ha encantado *w*
    un abrazo Rai

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  3. Ay Dios... me hiciste llorar y reír XD lo amé, lo amé, lo amé ;---; Espero la próxima parte *-*
    Besos:'3

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  4. AAAAYYYYYYY QUE COSA ME ENCANTO ESTUVO MARAVILLOSO

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