martes, 6 de mayo de 2014

Cuerpo de Verano~ TWC.



Verano caliente en puerta, playas, salidas de campo y montones de actividades en la costa merecedoras de los días que pasaría en el gimnasio trabajando su cuerpo. Ese que merecía un poquito del sol veraniego de Los Ángeles.
Mientras hacía algunos abdominales, pensó que sería una buenísima idea infartar a sus miles de fans con una foto mostrando su torso desnudo, una que dejara babeando a todos, incluyendo a los hombres.  También para que vieran la variedad de tatuajes que había en su cuerpo. Los amaba todos y cada día pensaba en ir por más, ya hasta tenía diseñado el siguiente.
Se levantó, limpió el sudor con la toalla y tomó agua hasta saciar su sed. Se paró frente al espejo y sonrió al ver que su cuerpo tenía grandes cambios desde 2009 hasta el presente año. Sus brazos más grandes, su abdomen un poco más marcado y cómo no, mejor pecho. En parte debía el cambio a Tom, él siempre le alentó a que mejorara su figura, aunque amara verse delgado y estilizado.
Infló su pecho con orgullo, el trabajo hace la perfección.
Volvió a sonreír frente al espejo mientras se acomodaba un poco el cabello, se tomó dos fotos y en ninguna le gustaba como salía su cara así que optó por mostrar solo el abdomen. 
A la tercera foto quedó satisfecho, no dejaba ver mucho pero tampoco se escapaba nada y si sus sospechas eran ciertas las chiquillas iban a colapsar.
— ¿Qué estás haciendo?
El teléfono salió disparado hacia el espejo, por poco partiéndolo, cayó en el suelo y para cuando lo fue a levantar, agradeció que no se hubiera partido en quinientos pedazos. Si se rompía, el causante lo pagaría con sangre.
La risa de su hermano gemelo estalló por todo el lugar haciéndole girar hacia él y lanzarle una de esas miradas fulminantes que solía hacer cuando de verdad estaba enojado. ¿Pero cómo enojarse viendo a su gemelo reír de aquella manera tan rica y alegre? Era una maravilla que contagiaba a cualquiera, por lo que empezó a reírse también.
— ¡Tenias que haber visto tu cara! —Tom lo señaló con el dedo mientras se doblaba de la risa.
— ¡Ya no es gracioso! —dijo riéndose.
—Pues tú estás riendo —el castaño suspiró recuperándose del ataque de risa, mirando el cuerpo de Bill— ¿Qué hacías? —La seriedad en su rostro era una especie de alarma que no podía ignorar, pero aunque lo sabía, lo hizo y se paseó por el gimnasio presumiendo su cuerpo.
—Me tomaba una foto.
— ¿Foto? ¿Y para qué tomas una foto de tu pecho desnudo?
— ¿Cómo qué para qué? Pues para mostrarla. Duh. —Hizo una mueca.
Tom entrecerró los ojos y caminó hasta él quitándole el celular de la mano. Bill esperó a ver su reacción, pero él solo sonrió.
—No tienes mejor cuerpo que yo.
Esperaba todo menos esas cinco palabras. ¿Qué había dicho?
— ¿Qué? O sea, tú has perdido tu figura por tragar tantas porquerías, ¡Estas tan gordo como una ballena! —Atacó.
Tom soltó una carcajada.
—No estoy gordo, solo cachetón, pero no gordo, me ha crecido el culo, pero no estoy gordo. —O al menos era eso lo que se decía todos los días cuando se miraba en el espejo.
Bill dio en el clavo, lo supo al ver ese tonito de desesperación en la voz de Tom. Como a una chica cuando le dices que está gorda.
—No deberías mostrar esa foto Bill —Dijo en tono de advertencia.
— ¿Por qué no?
—Porque no.
—Dame un por qué, si es algo razonable yo veré, además es mi instagram y puedo hacer lo que yo quiera.
Tom suspiró sentándose en el suelo.
—Porque no quiero que nadie más vea tu cuerpo.
Bill soltó las ínfulas de reina y se arrodilló para quedar a la par de Tom, quien tenía esa carita de niño chiquito que le daba tanta ternura. Sí, Tom a veces era demasiado infantil para tener veinticuatro años y lo peor de todo era que, con esa carita, conseguía hasta la luna.
—Tom, no seas tonto, es solo una foto.
—Vale, puedes subirla pero déjame poner el hashtag yo ¿te parece? —sonrió ampliamente, mostrando su bonita sonrisa.
El pelirrubio se lo pensó tres veces antes de aceptar. ¿Qué podría colocar Tom?
—Está bien, pero no coloques nada que sea vergonzoso. ¿Entendido?
Tom asintió y cogió el celular de Bill. Pasó un largo rato, hasta que por fin él se dignó a dejarle leer lo que estaba escribiendo.
— ¿Qué hiciste?
—Puse: “Este cuerpo tiene un dueño y se llama Tom Kaulitz, si se llega a perder, favor revisarle las nalgas, tiene mi nombre y mi numero de teléfono tatuados en esa zona” #PertenezcoATom #MeDaTodaLaNoche #LoAmo #TokioHotel #MuerteDeFansEn321...
Cuando Bill procesó lo que acababa de escuchar, saltó hacia Tom y le quitó el celular con el corazón latiendo tan fuerte que se le saldría por la boca. ¡Estaba completamente loco! Las fans, los críticos, todo el jodido mundo se volvería loco.
De paso que reveló algo que era muy privado, demasiado intimo porque para que fuera expuesto de esa jodida manera.
Quiso patearle la cabeza hasta que muriera. Pero eso sería asesinarse a sí mismo, así que se lo pensó.
— ¡Estás tonto del culo! —gritó histérico.
Tom solo reía provocando que el menor se encolerizara a un más y le arrancara el celular de las manos.
—¿Por qué tanta molestia? No hice nada más que decir la verdad. ¿Tan molesto es para ti? —preguntó con cierto tono afligido, que solo Bill sabía que era fingido.
—¡No me molesta que sepan que te amo y que soy tuyo! Pero una cosa es decirlo así, directamente, sin anestesia y otra diferente es preparar a todo el mundo primero. Quedamos en darle a las fans poco para que nuestra relación no sea tan escandalosa. Miradas, toqueteos e insinuaciones que eleven su imaginación, pero no una tan exagerada como esta. ¡Nos mataran los G's!
El gemelo mayor siguió riéndose.
—¿De qué mierda te ríes? ¡Estoy hablando en serio!
—Para ya tu euforia, revisa tu celular.
¿Para qué hacerlo si ya lo hecho era irreversible? a menos que borrara la publicación, que de nada serviría porque las fans ya lo habrían publicado en facebook.
Bajó la mirada hacia su celular y se dio cuenta que no había ninguna publicación referente a lo que Tom le había dicho. ¡Maldito! Estaba histérico y a punto de tener un colapso emocional para nada, porque no había publicado ¡Nada!
—Te odio Tom —la risa se apoderó de él, más que risa, era alivio.
—Me amas, eso es todo lo que puedes hacer, amarme.
—Eres un idiota, por un momento creí que...
Él interrumpió.
—Creíste que yo no tengo dos dedos de frente y que iba a publicar eso así. No quiero un ataque de tercera guerra mundial Bill. —Se levantó y lo besó en los labios— Porque no me importa que muestres tu pecho o tu abdomen, de todas maneras quien puede ver todo lo demás soy yo.
La sonrisa lobuna que se dibujó en sus labios derritió el cuerpo del que tenía el torso desnudo.
—Eres un maldito idiota.
—Y tú un creído de mierda —rió.
—Entonces voy a subir la foto a instagram. —Agarró el celular de nuevo y escribió—  “Consigue que tu cuerpo de invierno esté listo para el verano” #SabadoEsMiDíaFavorito —le dio clic y se publicó en instagram— ¡Listo!
—Dejemos que ellas se imaginen cosas guarras que yo puedo hacer contigo.
—Eres malvado con las chicas —rió jaloneándole el moflete.
—Un poco.
A los diez minutos el sonido de un whatsapp distrajo a Bill de su objetivo, quitarle los pantalones a Tom. Se detuvo y vio el nombre de Georg en la pantalla. ¡Inoportuno!
—¿Quién es?
Georg le decía que revisara algo en instagram así que fue directo ahí.
—Es Georg pero me da igual, no responderé hasta después de que... —se separó de Tom entrecerrando los ojos. — Bendita sea la hora en la que Georg Listing se creó un Instagram, no va a parar de burlarse de mí.

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