jueves, 3 de abril de 2014

El porqué Bill sonríe cuando Tom lo mira. TWC



 El porqué Bill sonríe cuando Tom lo mira.

Bill sonríe mientras Tom le mira, porque es bien sabido que en sus miradas ocultan las pequeñas y grandes cosas que han vivido desde que eran unos niños. Sonríe porque sabe que, cada vez que sus ojos entran en contacto visual, recuerdan con detalle la noche anterior en la que se entregaron el uno al otro, sin pensar en lo que ocurría fuera de aquella habitación donde solo ellos dos eran testigos del amor que sienten.
Ese amor que es cada vez más evidente para todo el mundo.
Mientras Tom toma la foto para subirla al Facebook de la banda, él sonríe besando a su pequeño Pumba. El gemelo mayor ha hecho una broma sobre ellos dos de la que no ha podido evitar sonreír como un tonto. Un tonto enamorado de su hermano mayor.
—La foto ha quedado perfecta, como tú.
Él vuelve a sonreír. Pero esta vez la sonrisa que se dibuja en su rostro es mucho más grande y está cargada de emociones. Porque cuando Tom le dice que es perfecto, su corazón se acelera, sus piernas tiemblan y su cuerpo siente el deseo de estar pegado a él.
Se detiene por un minuto a aspirar el olor de su perfume masculino, ese que tanto le gusta, y recuerda porque lo ama tanto.
Es él, quien tanto le da.
Es él por quien vive cada día.
Es él, su hermano gemelo, su alma gemela, la única persona en todo el mundo que podría hacerle reír o llorar.
—Por esto sonrío cada vez que te veo —Dijo Bill acariciando la barbilla del mayor.
Tom lo mira directamente a los ojos, enviándole un mensaje  que le llegó al alma. Lo agarró de la cintura y besó la cabecita del pequeño Pumba, quitándolo de los brazos de su papá y dejándolo en el piso.
—Te ves mejor cuando estas mostrando tus dientes postizos.
Bill se rió golpeándole la frente con suavidad. Era al único que le permitía esas tontas bromas.
—Estos dientes postizos como tú les llamas, son esos que te encanta ver cuando sonrió.
Tom lo besó en los labios, moviéndolos despacio para hacerle suspirar. La mano del mayor viajó hasta la espalda baja del menor, quien se estremeció con aquel toque tan suave.
Porque era así todos los días.
Toques que parecían insignificantes, lo eran todo para él.
Pero después de todo eso, lo que más le gusta de su relación con Tom, es la capacidad que tiene el mayor para hacerle sentir que el mundo es sólo de ellos dos.
Porque cuando Tom le miraba a los ojos, él sonreía dejando ver lo feliz que le hacía tenerlo a su lado.